Esta receta es lo que se llama una buena receta de aprovechamiento, la cuestión es que la prepare sobre la marcha, tenia una masa de hojaldre que quería gastar, eso lo tenia claro y como no sabia que hacer con ella, abrí el frigorífico y eche un ojo haber que habia que le pudiera valer para rellenarlo.
Y enseguida vi un bote con nata de cocinar que tenia empezado del día anterior, unas acelgas que coci a mediodía y sobraron, un paquete de queso roquefort con solo un trozo y un poco de queso parmesano perdido en el paquete.
Eso si, cogi mi movil y me puse hacer fotos, sin saber lo que iba a salir y dispuesta a borrar esas fotografías si no salía bien el invento.
Pero conforme iba cocinando la emoción era mas grande, nunca pensé que una base de hojaldre diera tanto de si, primero pense rellenarlo doblando la lamina de hojaldre y sellarla, sin mas, pero luego me acorde de estos moldes que me compre hace algun tiempo para hacer tartaletas y aun no las había hecho servir, que mejor manera de estrenarlas, no os parece?
Pues una vez rellenas, con los restos de hojaldre, los aproveche para hacerle un enrejado y ponerlos por encima, estoy muy contenta con el resultado, ni tan mal que han quedado!!
Y con esta receta participo en el proyecto de 1+-100, desperdicio 0 de Marisa
Venga vamos a hacer la receta y os cuento el paso a paso, venga!!
Ingredientes:
Una lamina de hojaldre
200 gramos de acelgas cocidas
300 mililitros de nata para cocinar
50 gramos de queso roquefort
15 gramos de queso parmesano rallado
Un huevo de mis gallinas felices
Una pizca de sal
Aceite de oliva virgen extra Albium
Preparación:
Ponemos en una sarten o cazo la nata.
Seguidamente el queso parmesano rallado .
También el queso roquefort hecho a trozos y removemos hasta que los quesos se integren con la nata.
Estas son las acelgas que cogí del huerto y despues puse a cocer.
Cogemos las acelgas que tenemos cocidas en el frigorífico.
Y las troceamos a trozos pequeños.
Las echamos junto la nata y los quesos y añadimos una pizca de sal.
Estiramos un poco la masa de hojaldre y la partimos en cuatro y ponemos cada trozo sobre cada tartaleta, que previamente he untado con unas gotas de aceite.
Con los restos que sobraron de hojaldre hice una bola y la estire entre dos papeles de horno y deje enfriar un poco en el congelador, para despues poder cortar la masa mas fácilmente y con un cortador de rejilla la corte .
Ponemos la rejilla por encima de las tartaletas, recortamos las sobras y presionamos en los bordes.
Sacamos del horno y dejamos unos minutos sobre una rejilla, después las desmoldamos.
Y listas para degustar.
Estoy sorprendida de lo ricas que están y lo bonitas que quedaron, estaréis de acuerdo conmigo, verdad?
Quieres una?
Que aproveche!!